Los sacerdotes católicos fueron nuestros primeros maestros. En estación San Francisco surgieron escuelas particulares. Se impartía una enseñanza práctica con una férrea disciplina, para aprender a leer, escribir y calcular.
La organización de la sociedad a través de la figura de la Nación, se proponía moldear a todos los niños en torno de la identidad argentina. En este proceso la escuela oficial cumplió un rol fundamental a través de la enseñanza de la lengua, historia, geografía y los valores.
En 1894 abrió sus puertas la primera Escuela Fiscal de San Francisco, de nivel primario, que luego tomó el nombre de “José B. Iturraspe”.
La necesidad de formación de maestros impulsó la creación de la Escuela Normal Nacional “Dr. Nicolás Avellaneda”, el 26 de agosto de 1912 y, desde esa década, la oferta educativa no dejó de crecer con escuelas primarias, secundarias comerciales y técnicas, hasta llegar a la realidad actual de establecimientos secundarios, terciarios y universitarios.